lunes, 15 de abril de 2019

Análisis de nuestra encuesta






Durante el viaje de nuestro proyecto, hemos llegado a cerca de un centenar de personas que han opinado sobre el estado actual del sistema educativo, a través de la siguiente breve encuesta: 


Para nosotros es de gran importancia contar con la voz y la opinión tanto de las familias, de los profesores y maestros, como de los propios estudiantes.

Por lo visto, existe una vertiente de padres y madres para los que sus hijas e hijos adolescentes son vagos, sólo muestran interés por las pantallas de sus móviles y que cuantas más tareas tengan a la semana, mejor. PERO, aunque es muy fácil dejarse llevar por la corriente y unirse a la opinión popular, sí existen familias, y muchas, las que están viendo y viviendo el resultado del sistema educativo actual y expresan su gran preocupación con casi todos los aspectos y ámbitos del instituto.

En más de una ocasión, se ve que las familias están molestas por la gran falta de comunicación: “Que no hay verdadera comunicación, no admiten ni un pero” , son unas de esas palabras que hemos leído en las respuestas, palabras que gritan de desesperación e impotencia. A lo mejor se piensa que a los padres no les importa mucho lo que sucede detrás de las puertas de los centros, mayoritariamente inaccesibles, pero eso es una impresión errónea. Estamos viendo que a las familias les hace falta este contacto directo con el profesorado de sus hijos e hijas, estar con ellos y apoyarles en sus actividades.

Llama la atención que con solo dos preguntas “¿Qué es lo que más te gusta en el centro? y “¿Qué es lo que menos te gusta?”, nos damos cuenta que, por una parte, los problemas que existen son muy similares y bastante conocidos; y por otra, que a través de las palabras de cada persona, vemos la demanda de una reforma y reorganización del sistema educativo AQUÍ y AHORA.

La opinión de los estudiantes, niños y niñas que comienzan abrirse camino en el mundo del adulto, resulta impactante. Tal vez uno diría, ¿Qué saben ellos con apenas 12-13 años?, pero si apartamos ese ego del ser adulto y el orgullo que una niña o un niño te digan qué es lo que según ellos no va bien, podríamos abrir los ojos de verdad y confiar en su valoración. En un principio, se supone que los alumnos y alumnas son lo más importante en un colegio, pero en realidad, esto se queda en una mera idea sin aplicación práctica. Nos hemos encontrado con muchísimas respuestas por parte de los estudiantes en cuanto a qué es lo que menos les gusta en el centro: “Los profes”, “las clases improductivas”, “el sistema educativo”, etc. ¿No son estas palabras maduras? ¿Se expresan a un nivel infantil, sin saber qué dicen? ¿O es justo la realidad?, ¿es justo lo que no va bien?, ¿es justo con lo que ellos y ellas se ven obligados a enfrentarse cada día?. 

Nos apena comprobar que cuando se les pregunta qué es lo que más les gusta, ellos responden “Casi nada.”, “Nada.”, “La puerta de salir.”, etc. También gracias a sus respuestas, vimos que la cosa que más valoran en la escuela son sus amistades. Una cosa que no se le presta casi nada de atención, ni se le da valor por parte del profesorado, al contrario, les molesta. Algo tan importante en sus años de desarrollo social como poder trabajar en equipo, poder enriquecerse con valores de respeto mutuo, con la alegría de estar en un entorno positivo de amigos y amigas, de poder expresarse, de poder jugar y estar libre, etc, no es apenas valorado. No, estos aspectos no son importantes para la escuela, lo que importa es la nota del examen. En muchas ocasiones vimos que lo que menos les gusta, no solo a los estudiante sino a las familias también, son justo los exámenes. “Que no importa el esfuerzo, si no apruebas el examen, da igual tu esfuerzo”. Tantos exámenes y tantos deberes lo único que hacen es producir un gran estado de estrés en las criaturas y las familias, llegando en ocasiones, a tener miedo a la escuela, a odiar el sitio donde están 6 horas o más al día. No es nada desdeñable la tasa de fracaso escolar que sufre España. El avance tecnológico crece a pasos gigantescos, sin embargo en el instituto el modo de aprendizaje es “Anticuado.” , “Sin gran implicación de los profesores” , “Sin innovación pedagógica “ ,“Poca responsabilidad que se da los estudiantes en su propio proceso de aprendizaje”, etc.

Los profesores y maestros también manifiestan su preocupación por el “Exceso de exámenes”, y la “Masificación en las aulas”. Son ellos mismos qué opinan que “Los profesores han de mostrarse cercanos y confiar en las familias”. También opinan que “El método tradicional sigue vigente en los centros”, “la rigidez (de horarios, de espacios, de currículo... de personas!!), la falta de flexibilidad, empatía, validación..”, “La falta de espacios adecuados para jugar, trabajar y convivir.”, y que “Mucha de la diversidad existente no se entiende realmente, no hay en el profesorado preparación real (además de que los recursos son escasísimos)” , “ Los castigos y la actitud ante niños y familias” , “Los agrupamientos de los estudiantes y las pocas oportunidades de coordinación interdepartamental”… y la lista sigue y sigue.

Entonces… Estamos viendo que no son solo las familias las que creen que el problema es grande y está empeorando cada día, también los propios profesores comparten esa misma opinión. 

Por eso en Tiza queremos actuar ¡ahora! ¿Y si cambiamos y en vez de imponer contenidos, nos comprometemos a escuchar de verdad la demanda de los alumnos? ¿Y si cambiamos los entornos de las clases en vez de intentar controlarlos mediante rígidas disciplinas?¿ y si les preguntamos? ¿ Y si respetamos y valoramos las distintas habilidades, curiosidades, dones, que nuestras niñas y niños tienen, en vez de homogeneizarlos? Nos sorprendería mucho lo que cada uno de ellos y ellas son capaces de aportar al sistema educativo. Al fin y al cabo son ellas y ellos los protagonistas. Si no, nada de esto tiene sentido.

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